Tipología:
Tipología:
Nombre del Castillo:
Torre de Doña Urraca o de Fernán González
Población:
Covarrubias
Provincia:
Burgos
Estado:
Buen estado
Datos de Interés:
Debatiéndose entre sus diferencias con los reyes de León y Navarra y sus guerras con Al-Andalus, Fernán González crea una red de fortificaciones a lo largo del río Arlanza, como última línea de defensa de su señorío de Lara, situado pocos kilómetros al norte, ante los ataques de Abd al Rahmán III. De ellas, sólo se ha conservado el Torreón de Doña Urraca, conocido hasta el siglo XVIII como “Torreón de Fernán González”, situado como construcción exenta sobre el río Arlanza, en el acceso a Covarrubias, aunque sabemos que existió muy próxima otra torre de la misma época que protegía el puente de entrada al pueblo sobre el río Arlanza.
La torre fue construida sobre los cimientos de un edificio romano el año 942, considerado el año de fundación de Castilla, y adornada por la leyenda de que encerrada en ella vivió y murió Urraca, hija del conde Fernán González, la torre ha pasado por diversos avatares que modificaron algo su aspecto:
El Torreón de Doña Urraca es considerado el primer símbolo de Castilla, ya que según parece Fernán González utilizó para identificarse en la batalla un vexilo de Guerra de color ocre y con un torreón trapezoidal en oro en el centro, como el que ahora decora la primera planta del edificio. De hecho, en 1942, aprovechando los mil años de la fundación de Castilla, Correos y Telégrafos saca una serie de sellos para conmemorar tal acontecimiento y en el sello de 20 céntimos aparece este Torreón con la leyenda “Milenario de Castilla”.
El Torreón de Doña Urraca es el único edificio militar que nos ha llegado en buen estado de conservación de todo el periodo Prerrománico Español.
Se trata de una torre en forma de pirámide truncada, de unos 30 metros de altura y base rectangular de 10 x 14 metros, con muros de hasta 4 metros de espesor, tamaño que se va reduciendo hasta los 7,5 x 11 metros, con casi 2 de anchura de los muros, en la parte superior, que era una plataforma almenada. Se observa en la última parte de la torre una ligera forma cóncava, lo que permitía que desde sus almenas su pudiera dominar la base del edificio para posibilitar una defensa más eficaz.
La construcción original sólo disponía de una puerta de acceso, situada a gran altura y de estrechas saeteras defensivas en los pisos superiores, la mayor parte de ellas convertidas en el siglo XIV, en ventanas protegidas por matacanes sobre modillones de piedra.
Esta puerta es de gran interés ya que despeja cualquier duda sobre su fecha de construcción. De algo más de 2 metros de altura, está terminada en un arco de herradura de estructura claramente mozárabe ya que está prolongado en ½ del radio sobre impostas en nacela, con dovelas irregulares convergentes en puntos situados por debajo de su centro y que estaba enmarcado por un alfiz, hoy casi desaparecido. A ella sólo se podía acceder por medio de una escalera de madera que se retiraba desde su interior y que estaba protegida por una tronera, lo que convertía a la torre en prácticamente inexpugnable.
Es de destacar que la puerta está en el costado sur, algo muy habitual en las iglesias mozárabes pero sorprendente en este caso ya que es el lado por el que se podía esperar el ataque de los ejércitos árabes.
En cuanto a su construcción, mientras la parte inferior, de aparejo en grandes piedras irregulares de color ocre claro, parece ser los cimientos de un edificio romano que dio forma a la torre mozárabe, la superior está formada por sillarejo, alternando filas de distinta altura que evitan las juntas verticales, con sillares en las esquinas.
Su interior está dividido en cuatro plantas, como se puede observar en los planos que incluimos en la galería de fotos:
Según D. Luciano Huidobro a principios del siglo XX aún se conservaban unos 100 metros de un pasadizo, pero que al estar obstruido no permitía conocer hasta dónde llevaba, aunque según la tradición debería ir hasta la Casa de Doña Sancha.
Visitable:
Sí