Tipología:
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Al constituirse el señorío de estas tierras, el castillo sería construido sobre una atalaya medieval de finales del XI, entre los siglos XV y XVI, por Nuño González del Águila y Guzmán, para vigilar el paso desde el valle Amblés a la sierra de Paramera.
En el siglo XVI, perdida la función defensiva de la fortaleza, la edificación afronta importantes reformas, añadiéndose al lienzo oeste, la torre de las Damas, de planta semicircular peraltada, con pequeñas garitas. En la parte superior de esta torre se inserta una ventana de estilo plateresco con decoración de arco de medio punto con venera en el tímpano sobre columnas.
Fue señorío de una de las ramas en que se dividieron la familia de los Águilas, siendo uno de los miembros de la familia, Juan del Águila, maestre de campo de Felipe II en los Países Bajos (el maestre Juan del Águila está enterrado en el pueblo de El Barraco). En los últimos tiempos de este castillo pasó por herencia al marqués de la Roca, el cual, junto con el resto del término municipal, lo vendió a principios del siglo XX al Estado.
Del castillo, construido con unas discretas proporciones, a base de sillería y sillarejo, con una estructura simple y una planta rectangular, aún se aprecia lo que pudo ser el foso y el puente de entrada. Al acceder por este, da paso al patio de armas, con un gran arco de medio punto adovelado, situado entre 2 torres (una esbelta torre cilíndrica de 14 metros de altura en la esquina sureste y una gran torre del homenaje cuadrangular, en la noroeste).
La gran torre del homenaje es rectangular y tiene 4 pisos, matacanes, troneras de ojo de cerradura y posee, entre otras, una ventana plateresca, con saetera y escudos enmarcados por alfiz.
Algunos de los escudos de las diversas generaciones que se pueden apreciar son los escudos de Nuño González del Águila y Guzmán y de su esposa Teresa de Velasco y Guevara y de los Dávila.
Actualmente es propiedad particular y ha sido restaurado para servicios turísticos.